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De izquierda a derecha, José Miguel Acitores, José Ignacio Nieto, Luis Lleyda y David García.

La Consejería de Salud y Servicios Sociales destina este año 105.864 euros a la financiación del tratamiento estructurado de carácter residencial que Proyecto Hombre La Rioja presta a las personas afectadas por drogodependencias en su  comunidad terapéutica. Así lo establece el convenio que han firmado hoy el consejero de Salud y Servicios Sociales, José Ignacio Nieto, y el presidente de la Fundación Centro de Solidaridad de La Rioja (Proyecto Hombre), Luis Lleyda Alonso. Al acto de la firma también ha asistido el director general de Salud Pública y Consumo, José Miguel Acitores, así como el director de Proyecto Hombre La Rioja, David García.

La Fundación Centro de Solidaridad de La Rioja trabaja de forma integral en los programas de atención a personas adictas y en la atención de su entorno, tanto con carácter ambulatorio como residencial. El acuerdo firmado hoy se centra en la comunidad terapéutica que Proyecto Hombre tiene en La Rioja, y que trabaja con los residentes para lograr un cambio global en el estilo de vida y, en su caso, la eliminación de la conducta antisocial e incremento de valores y actitudes prosociales.

La Consejería mantiene un convenio con la entidad y el acuerdo se enmarca dentro de la política de colaboración de la institución con las distintas asociaciones de ayuda a enfermos de La Rioja, para el sostenimiento de sus actividades en materia de salud. En este sentido, desde el año 2000 y hasta 2013, Proyecto Hombre ha recibido 1,3 millones de euros de financiación por parte de la Consejería.

Comunidad terapéutica

Según ha señalado David García, durante el último año en la comunidad terapéutica fueran atendidas 58 personas; y en los últimos diez, 544. El 71% de los usuarios son hombres. En cuanto a la edad, el porcentaje más destacado son los usuarios de entre 30 y 40 años. Principalmente presentan problemas con el acohol, el speed, la cocaína… y en algunos caso, padecen adicciones a varias sustancias.

En la comunidad se trabaja para lograr el abandono del consumo de drogas y la consecución de la adquisición de nuevos hábitos de salud, de higiene, de nutrición y de comportamiento. Los tratamientos que aplican inciden fundamentalmente en reforzar las conductas adaptativas, el manejo del tiempo, el entrenamiento en habilidades, la prevención de recaídas, la toma de decisiones, el manejo de cogniciones y emociones, y el reforzamiento de los progresos.

El programa cuenta con una primera fase de motivación, en la que se inicia un proceso de maduración y conocimiento personal centrado en la educación para la responsabilidad y el aprendizaje de las habilidades básicas de la comunicación, la cohesión grupal, el trabajo de la autoestima y la resolución de conflictos del ámbito familiar.

Posteriormente, en una segunda fase, se trabaja para conseguir un estilo de vida autónomo, una escala de valores propia, así como la adquisición de habilidades sociales.