El 29 de junio, Diario La Rioja publicó “Adolescentes hiperconectados”, artículo de Óscar Pérez, responsable de Prevención en Nuevas Tecnologías en Proyecto Hombre La Rioja. Podéis leer el texto a continuación.
A Manuel le preocupa que su hijo Pedro esté más preocupado por los mensajes del Whatsapp, que por lo que cuenta su hermana en la comida; o que pase horas muertas en Youtube, con videos cuyo sentido él no entiende muy bien, como las infinitas partidas grabadas de otros jugadores o las recomendaciones de «youtubers» con valores «dudosos». Lola no entiende por qué su hijo, de repente, no se pierde un sólo partido de fútbol; además ha notado que pasa menos tiempo con sus amigos y se pasa el día viendo páginas de internet que hablan de deportes… sospecha que quizá pueda estar apostando en alguna de las decenas de casas de apuestas que se publicitan a todas horas. Jimena, 17 años, está muy enfadada con su pareja, pues observa cómo él se dedica a buscar fotos suyas por internet («¿por qué?»), pese a que tiene todas sus redes sociables inaccesibles para extraños, se ha dado cuenta que su imagen está en las cuentas de sus amigas y amigos, incluso familia, que no puede controlar, y no sabe qué hacer, se siente observada, controlada. Rocío está confusa, pues apenas recibe «likes» en su Instagram, este verano está dispuesta a conseguir ser muy popular, sabe que las fotos en bikini suelen ayudar mucho a ello. David, profesor de bachiller, «pilló» a un alumno jugando al póker con su smartphone, y le sorprende que los padres del alumno no se hayan preocupado apenas («él gestiona el dinero de su paga semanal»). Sonia anda afectada porque le han llegado fotos de una amiga, manipuladas, en las que le hacen aparecer de una manera muy poco digna, supone que hay alguien buscando reírse de ella. Pedro, 12 años, está teniendo problemas en el grupo de whatsapp de sus amigos del cole, pues dijo algo que cree se ha malentendido. Conchi está asustada desde que leyó en un diario digital que el Fornite, un videojuego, «está resultando ser muy adictivo», sus hijos siempre están negociando ampliar el tiempo que ella les permite jugar… precisamente a ese juego; ella pensaba que la «adicción» era algo que nunca le afectaría…
Estas historias y otras muchas, están viviéndose en este momento por muchos y muchas jóvenes, dentro de innumerables familias, en el seno de nuestra sociedad riojana, en los institutos, en los parques, en las calles… En cuestión de pocos años nos hemos encontrado con una poderosa tecnología que ha transformado nuestra manera de relacionarnos, utilizar nuestro tiempo libre, trabajar, gestionar la información e incluso ha cambiado nuestra percepción del mundo y del «otro». Además, es algo que ha venido para quedarse, no hay ninguna duda sobre ello. Las ventajas y potencialidades de este aluvión saltan a la vista: Podemos relacionarnos más y mejor, participar en la vida pública, ser más solidarios, trabajar no sólo en equipo, sino globalmente, divertirnos en red con nuestros amigos, acercar a los que están lejos… Somos la especie animal más «social», y los nuevos tiempos parecen que llegan cargados de promesas de un futuro más conectado, no sólo a máquinas, sino también una mayor conexión entre toda la humanidad.
Pero no nos engañemos: Estamos en una época de ensayo y error, estamos muy despistados, en todos los ámbitos, en todas las edades y en todos los lugares. Precisamente por eso, este año hemos dedicado nuestras IV Jornadas a debatir y a proponer caminos de prevención en esta nueva etapa de la historia que nos toca vivir. Hemos aprendido, debatido, cuestionado y repensado nuestro mundo de la mano de Ana Estévez, hablándonos del juego de una manera que todos lo entendiéramos; Dolors Reig, haciéndonos comprender la relación de nuestros hijos con el mundo online, y los representantes del Gobierno de La Rioja, Ayuntamiento de Logroño, A.R.J.A. y Proyecto Hombre, en la mesa redonda que cerró las jornadas, para entender más nuestra realidad local, la de La Rioja.
Sólo nos queda agradecer a todos ellos, a las muchas personas que se han acercado estas tardes, a los usuarios, voluntarios, familias y a todo el equipo profesional de Proyecto Hombre, que hayan hecho posible que este año celebremos el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, poniendo la vista en un horizonte que se nos presenta lleno de nuevos retos, de innumerables posibilidades para la solidaridad y la empatía con el otro, pero también de riesgos. Y es que, en Proyecto Hombre, no nos gusta que ninguna persona se quede en el camino, todos estamos invitados a seguir construyendo una sociedad más humana, llena de salud y vida.